Cuando Prue se
lleva a Sy medio a rastras por uno de los pasillos del ático, no me queda más
remedio que ir tras ellas… Y mientras lo hago me asalta una de esas preguntas
tontas que se me ocurren cuando alguien atraviesa una crisis. En este caso es:
¿cómo conoce tan bien Prue el piso de Matt y Evan? Porque aunque Alyssa y Matt
salen juntos desde hace bastante, según tengo entendido, Prue me aseguró que
era la primera vez que subía al ático.
No se detiene
hasta dar con el cuarto de baño, sorprendentemente ordenado para estar en la
casa de dos chicos que viven solos. ¿Lo veis? Siempre pienso en tonterías
cuando debería estar a otra cosa. El caso es que Prue obliga a Sy a sentarse en
la taza del váter (está cerrado, claro) y, apuntándole con el dedo, exclama:
—¡Dijiste que él
no te gustaba!
Sy le mira como
si acabara de despertarse y balbucea:
—¿Eh? ¡Y no me
gusta!
—¡No mientas! Te
has puesto colorada cuando te ha dirigido la palabra.
Es la evidencia
clave. Desde que conozco a Sy, ni se inmuta cuando los chicos hablan con ella,
y eso que muchos le han tirado los trastos. Prue me contó aquello que le pasó
con su ex, lo que explica su actitud. Me siento tentada de intervenir
recordándole a Prue que Sy no acabaría recuperándose tarde o temprano de lo que
sucedió, pero no parece ser el mejor momento…
Por suerte, Sy se
recompone lo suficiente como para decir:
—No voy a
interponerme en tu camino, si eso es lo que te preocupa. Si tanto te gusta,
adelante, lígatelo. No me importa, y no voy a impedírtelo.
Prue se cruza de
brazos y le lanza una mirada cargada de sospecha.
—…Ya —responde,
seca.
—No tengo motivo
alguno para mentirte —se encoge de hombros Synnöve.
Prue suspira y se
apoya en los baldosines de la pared.
—Como si no
tuviese bastante con Rita… —sisea.
—Espera, no irás
a meternos en el mismo saco, ¿verdad? —Protesta Sy, saltando como si la
hubieran pinchado.
—Bueno, las dos
tenéis en común que sois una amenaza.
Synnöve se pone
de pie y se aleja de su prima un par de pasos. Parece fastidiada, y cruza los
brazos delante del pecho, como si tratara de levantar un muro invisible.
—Debes tener la
autoestima por los suelos si piensa que toda mujer a la que pueda interesarle
el mismo chico que a ti es una amenaza —sentencia.
—No tengo la
autoestima baja, sólo soy realista. ¡Y has dicho que no te interesaba! —Vuelve
a protestar Prue.
—¿Qué tengo que
hacer para que me creas, hacerme un tatuaje? —Resopla Sy—. Por mí no te
preocupes, no existo. Odio a los chicos, ya lo sabes.
Ha sido bastante
rotunda, pero leo en la mirada de Prue que le cuesta creerlo. Es una pena que
se peleen por un chico… Siempre se habían llevado tan bien… Por las miradas que
se lanzan la una a la otra, está claro que esto no ha terminado. Es más, diría
que, hasta que Prue no consiga ligarse a Evan, podrá decirse que no ha hecho
más que empezar.