Aunque no ha pasado ni una semana desde que puse mi
anuncio, ya he recibido una docena de llamadas, y a pesar de las
especificaciones en la página web, la mitad de ellas eran artistas gráficas. Me
ha dado mucha pena, porque seguro que son chicas con mucho talento, pero lo que
busco es una secretaria. En cuanto a las demás, las entrevisté por teléfono, y sólo
dos de ellas me gustaron lo bastante como para hacerles una entrevista más en
profundidad cara a cara. Anoche me acosté tardísimo preparando las preguntas, y
cada vez que las releo me siento la mala de la peli…
Afortunadamente, ninguna de las dos ha llegado
antes que yo, así que me da tiempo a meterme en el despacho después de hablar
un poco con Mila y pedirle algunos consejos. Me he planteado pedirle que sea
ella quien haga las entrevistas, pero sé que es tarea mía, ya que voy a ser yo
quien más tiempo pase con mi futura secretaria. De eso se trata, al menos.
Dudo durante
un buen rato si debería poner en la mesa un plato con muffins. Me gusta que la
gente que visita mi despacho se sienta acogida, pero no estoy segura de si será
lo más adecuado en este caso…
Prácticamente
doy un salto cuando Mila anuncia que la primera de las aspirantes ha llegado.
Me siento a toda prisa tras mi escritorio, impaciente y nerviosa como si fuera
una cita, y le pido que la haga pasar.
La chica que
ha respondido a mi anuncio es alta, esbelta, de tez bronceada y cabello rubio
muy claro. Ella es la primera en hablar:
—¡Hola, encantada de conocerla! Me llamo Barbara
Allende.
—Es
un placer —respondo, un poco cortada. Es muy pizpireta.
Tengo
su currículum encima de mi mesa, y me lo he leído tantas veces que me lo sé
prácticamente de memoria, pero lógicamente, su carácter no aparece reflejado en
esa lista de formaciones y habilidades que tengo delante. Y en mi opinión, su
carácter es lo más importante. Trato de adquirir una expresión lo más seria
posible antes de decir:
—Voy
a hacerte una pregunta que siempre hago a la gente que empiezo a conocer —ella
asiente un poco con la cabeza, un tanto expectante—. ¿Cuál es tu película romántica
preferida?
Y Barbara, en vez
de sobresaltarse, tal y como había esperado, esboza una amplia sonrisa y
responde:
—¡Pues no estoy
segura! Hum… estoy entre Orgullo y
prejuicio y Notting Hill… Pero Dirty Dancing también me gusta, es un clásico…
¡Es mi alma
gemela!
Continúo la
conversación evaluando aspectos más técnicos de su formación, y cuando Barbara
se marcha y Mila hace pasar a la siguiente aspirante, Maria Salt, ya tengo
claro que Barbara Allende va a ser mi próxima secretaria.
Cuando la llamo,
dos días más tarde, casi grita por teléfono.
—Ahora sólo me
queda encontrar un sitio donde vivir —comenta.
—¿Y dónde vives
ahora? —Pregunto.
—Estoy en un piso
a las afueras, pero tenía en mente mudarme al centro en cuanto encontrase
trabajo.
Apenas me lo
pienso:
—¿Por qué no te
vienes a vivir conmigo? Yo vivo sola.
No vacila ni un
instante:
—¡Genial!
Lo cierto es que
me he lanzado a la piscina sin plantearme siquiera las consecuencias… Espero no
haber cometido un error.
—Trae tus cosas
mañana a la oficina, Barbara —le digo de todas formas—. Iremos al piso desde
allí.
—De acuerdo. Ah,
y por cierto: llámame Bobbi. Todos me llaman así.
—Bien, Bobbi entonces.
Yo hubiera estado entre esas tres películas también jejejeje Lo cierto es que Dee se ha arriesgado un poco al invitarla a vivir a su casa, pero es verdad que hay ocasiones en que conoces a alguien y sabes que te vas a llevar bien siempre con esa persona. Espero que en este caso sea así! Besitos!
ResponderEliminar¡Gracias por comentar! A veces hay que arriesgarse, ¿no crees? Te aseguro que, en su caso, les irá bien.
EliminarHola: la primera candidata, Barbara Allende, promete. Ya sólo por ser su peli favorita ‘Dirty Dancing’ deberías de contratarla..Estoy deseando ver físicamente a Bobbi… seguimos en contacto y muy buena elección. Espero que no nos falle.
ResponderEliminar¡Gracias por comentar, Marta! Ya has podido ver a Bobbi, iremos conociéndola más poco a poco.
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