Por algún motivo, siempre sé lo que hay en la cabeza de Clary, aunque ella no suele saber lo que hay en la mía... A lo mejor es porque, aunque seamos la misma persona, a mí se me da mejor ser discreta. Cuando me interesa, claro. El caso es que es así como me entero de que hoy toca fiesta. Te despiertas y ¡pop! aparece esa información en mi cabeza. Es como tener una Blackberry instalada en el cerebro, salvo por eso del chat.
El caso es que tener plan altera mi idea inicial de bajarme a la piscina y lograr que el chico monísimo del chiringuito me invite a todos los margaritas que desee tomar. Prue está sola en casa y al parecer tiene permiso para montar una fiesta en el piso de su hermana, una fiesta a la que va a asistir media facultad, por lo menos, y yo no voy a ser menos. Además, me ha dicho un pajarito que Nate asistirá, y eso no me lo puedo perder...
A ver, os pongo al día: Nate es el chico que le gusta a Prue, y bueno, la verdad es que el chico está bastante bien. Hace unas semanas decidí que me lo ligaría, y mira tú por dónde, ésta es mi oportunidad. Objetivo del día: presentarme en esa fiesta tan sexy que haga llorar a todas las memas que se reúnan en el apartamento de las Deveraux... Rebusco en el bolso de Clary hasta dar con su tarjeta de crédito y se me escapa una risita satisfecha. Ahora sólo falta sacar mi propia ropa del armario de mi personalidad alternativa para volver a ser yo y salir a la calle a quemar plástico... Qué queréis que os diga, pero cuando Rita Heart se propone deslumbrar, deslumbra.
Hora, nueve y media de la noche. Llamo al timbre del apartamento de las Deveraux, donde me abre una chica a la que no conozco, y al parecer ella a mí tampoco, a juzgar por su expresión de alucine al verme. Mejor. Adoro el efecto sorpresa.
Me abro paso a través de los invitados sin demasiado esfuerzo, ya que me hacen pasillo a medida que avanzo en dirección al salón, donde intuyo que se encuentra Prue, como buena anfitriona que es. Y efectivamente, allí está, con el bueno de Nate a su lado. Él parece olvidarse de ella en cuanto me ve llegar, y es que no es por presumir, pero estoy impresionante:
Prue traga saliva como puede y me saluda:
—Hola, Rita.
Le dedico una sonrisa, aunque estoy más pendiente de Nate que de ella, y respondo:
—Hola, Prue.
—No sabía que tenías pensado... venir —dice.
Me encojo de hombros con elegancia y declaro:
—Clary se encontraba indispuesta y me rogó que viniera en su lugar.
Noto que la alusión a su amiga le hace hervir la sangre. ¡Adoro caerle tan mal a Prue! Es tan gracioso verla perder los papeles... Cosa que sucede cada vez que nos vemos, dicho sea de paso.
—Bueno, pues diviértete —responde, apretando los dientes.
Bato las pestañas con cierta inocencia. Estoy preparada para atacar.
—Gracias, Prue. Por cierto... ¿no me presentas a tu amigo?
Teniendo en cuenta que hay unas cuarenta personas en la sala, mi objetivo es tan descarado como obvio. Nate se ruboriza ligeramente y lanza una mirada de reojo a la anfitriona, que clava los dedos en el vaso de plástico que iba a ofrecerme. Deduzco que si pudiera me abofetearía, pero logra contenerse para decir:
—Es Nate McLeod. Nate, ésta es Rita Heart. Es una... prima de Clary, a la que ya conoces.
El chico asiente entrecortadamente, como si le costara establecer un parentesco entre Clary y yo, o mejor, como si le resultase difícil pensar, que es lo más seguro. Le sonrío con candidez y noto cómo poco a poco la atención de mi vasto público se desvía de nosotros, pero sólo en apariencia, ya que no me cabe la menor duda de que la mayoría de los presentes siguen pendientes de nosotros tres. Leah, una amiga común de Prue y Clary, pone la mano en el hombro de la anfitriona, enviándole un mudo mensaje que incluso yo puedo descifrar. Por favor, ¡la fiesta no es divertida si no surge una pareja inesperada! Y este bombón de Nate con Prue son una pareja muy esperada. Por suerte para ellos, aquí estoy yo para solucionarlo. Me cuelgo del brazo de Nate y le conduzco lejos de Prue mientras dejo que se enrolle como las persianas tras preguntarle qué estudia. Dentro de un rato sólo estará diciendo incoherencias, pero en fin, ésa es otra historia... De momento disfrutaré con la cara de panoli que se le ha quedado a Prue. Esta fiesta promete.
Pobre Prue, desde luego tiene el cielo ganado... Y esta Rita es un Bicho, así, con mayúscula y todo, aunque hay que reconocer que iba despampanante, normal que dejara a todos boquiabiertos... A ver cómo termina esta fiesta... Por cierto, gracias por las fotos, han ayudado mucho a mi pobre memoria! Bss!!
ResponderEliminarSi robar novios fuese deporte olímpico, Rita ostentaría un récord xD Pero no cantes victoria, que Prue todavía puede explotar...
ResponderEliminar¡Me alegra que te gusten las fotos! Ayer tocó macrosesión y se pusieron todas como locas en cuanto vieron el objetivo.