miércoles, 28 de septiembre de 2016

Dorm Room

Hace apenas unas semanas tuve la oportunidad de viajar a casa con una maleta grande, así que me di el gustazo de rebuscar entre los juguetes de mi infancia hasta dar con uno de los sets de Barbie más completos de lo que conservo: el Dormitorio Universitario de Barbie, o como se conoció en su encarnación original, University Barbie Dorm Room Playset (1998) #67779.

Imagen tomada del blog champangebarbie.blogspot.com
La verdad es que no sé cómo me las arreglé para hacerme con él. En aquella época las cosas de Barbie eran carísimas y mi paga semanal muy exigua, así que debió ser un regalo, aunque siempre que pedía algo relacionado con Barbie era en Navidad y solía ceñirse a la muñeca con más accesorios precisamente porque la ropa y todo eso era tan caro.

El juego original contiene una cama con sábana y almohada, un escritorio con su silla, una taquilla y multitud de accesorios: una guitarra eléctrica, una raqueta de tenis con su pelota, unos cuantos libros, una televisión, un bote para lápices con dos de éstos y además dos bolígrafos, un radiodespertador, una foto de Barbie y Ken enmarcada, un radiocassette, un discman, un teléfono móvil, una pizza en su caja, una botella de Pepsi con dos vasos, un par de zapatillas, unas gafas, varias Polaroid y un banderín de la Universidad. Lamentablemente no conservo absolutamente todos los accesorios (y algunos se me olvidó que pertenecían a este set y los dejé en casa), así que he tenido que improvisar para enseñaros esta habitación que, espero, será a partir de ahora otro de los escenarios de nuestras historias. Así que le pedí a Odile, la más genuinamente noventera de las chicas, que hiciese un posado en el dormitorio universitario.

(No en vano Odile y su dormitorio se llevan sólo un año)
Aquí podemos ver a Odile en una recreación de sus años de Universidad haciendo lo que mejor se le da: dibujar. Incluso tiene una de sus piezas originales colgada en la pared.

A continuación os ofrezco algunas imágenes en detalle de los accesorios de la habitación:


Los libros y la pelota de tenis acompañados por la caja con flores de Odile y una especie de librito sobre Barbie (?) que encontré rebuscando entre mis viejos juguetes. ¡Parece un mini catálogo! Qué monada.


Para esta imagen (traicionada por mi cámara, que es bastante mala, de ahí que saliera movida) acompañé la raqueta original con unos patines y una cámara de fotos de la era Fashionistas.


Nunca dejaré de sorprenderme que ninguna de las ocho porciones de pizza hayan pasado juntas los últimos dieciocho años en su caja. Eso sí, la caja sigue intacta porque mi yo del pasado, en un gesto bastante sabio que no sabría repetir por más que me acerque a la treintena, decidió asegurar las esquinas con celo. Choca esos cinco, yo del pasado. Por eso la pizza ocupa un lugar tan importante en mi vida.


Esta foto es la definición misma de batiburrillo. Los accesorios originales son el radiodespertador, la tele, el bote con el lápiz dentro (por desgracia perdí los otros tres) y la foto enmarcada. Las velas de la derecha son originales de Odile, la taza y el móvil son de la era Fashionistas y el pintaúñas es de algún momento de mi infancia. De hecho creo que es aún más antiguo que el dormitorio en sí.

Pero volvamos a Odile.



Más de cerca, pintando. A decir verdad no sé de dónde procede el lienzo. Lo rescaté también de la casa de mis padres, pero soy incapaz de recordar con qué muñeca venía.


Comiendo pizza y revisando mensajes. Recuerdo que cuando compré el set de ropa Fashionistas en el que venía ese móvil, muy al principio de convertirme en coleccionista, es decir, en torno a 2009, esos teléfonos ya estaban pasados de moda. A día de hoy siguen siendo mis preferidos.


Bebiendo un té mientras ve una reposición de Cosmos (por ejemplo...).


Buscando qué ponerse. No es que tenga mucha ropa, y la verdad es que la taquilla no ayuda, así que alegré el dormitorio colgando un vestido de una percha Collector que en qué me las vi para que se sostuviera en la puerta.

El tema de la taquilla es coñero, porque a primera vista parece tan larga como la cama, pero en realidad es bastante más pequeña que una Barbie promedio (las medidas de Barbie han ido cambiando bastante, pero la altura sigue siendo la misma), así que queda más resultado de fondo que de cerca.

¡Y hasta aquí la visita al dormitorio universitario! Espero que hayáis disfrutado de esta visita al pasado.

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