martes, 19 de febrero de 2019

Crónicas de una manitas en ciernes

Creo que a estas alturas he batido mi récord de tiempo máximo sin tocar aguja e hilo pero hace unos días me aventuré a probar suerte con el nivel más básico de las manualidades. En TEDi compré esta sillita:


La convertí en mi proyecto de fin de semana y, dicho y hecho, el domingo de hace un par de semanas se puso a llover y no paró en todo el día, dándome las circunstancias perfectas para poner a prueba mi pericia a nivel preescolar. La silla recibió un par de manos de pintura acrílica marrón que le quedan que ni pintada y, ya puesta, le cosí un par de cojines hasta que tuvo un aspecto un poco menos carcelario:


Más contenta que unas pascuas pude por fin montar una especie de pequeño diorama para lucir silla y la verdad es que me tiene feliz:


Esta es, posiblemente, una de las fotos con más piezas hechas por mí, porque además del fondo y el suelo cutremente montados están la silla, los cojines, los libros y la camiseta. ¿Llegaré algún día a hacer dioramas verdaderamente chulos? Lo seguiré intentando poquito a poquito.

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