domingo, 27 de septiembre de 2015

Quince minutos con... Bethany Wood


La primera protagonista de nuestra nueva sección es Bethany Wood, alias Beth, elegida por un motivo muy concreto: a pesar de su presencia en el grupo durante más de un año, apenas la hemos visto salvo en un par de apariciones en Who wore it better?, por lo que tenemos mucha curiosidad por conocerla un poco mejor más allá de lo que ya sabemos.

Pregunta: Háblanos un poco de tu familia y tu infancia.
Respuesta: Nací en Nueva York, donde la familia de mi padre ha vivido desde principios de siglo; mi madre es oriunda de Chicago. Mi padre es empresario, dirige un grupo publicitario importante y muy diversificado en distintos campos del sector. Soy hija única y pasé gran parte de mi infancia en un prestigioso internado cerca de Boston, pero regresé a Nueva York para cursar secundaria y me quedé: hice la carrera de Económicas en la Universidad de Columbia.


P: ¿Cuáles son tus planes a nivel profesional? ¿Has cumplido alguno de tus objetivos desde que terminaste tus estudios?
R: Mi padre siempre se esforzó por inculcarme que nada viene regalado en la vida, y que si quieres algo, tienes que ganártelo. Fue con esta idea que me vine a Londres con la idea de fundar mi propia empresa, para disgusto de mi madre. A ella le habría gustado que me quedase en Nueva York y asumiese un puesto en el grupo empresarial de mi padre, pero siempre tuve muy claro que para seguir la filosofía de vida que había aprendido desde niña tendría que marcharme. Quedarme en casa, en ese sentido, dificulta las cosas… porque los objetivos se relajan al encontrarse una cómoda. Desde que llegué a Londres he estado trabajando en mi empresa, que por cierto es una editorial. De momento sólo tenemos una publicación, la revista de moda Plastic Fantastic, pero me gustaría ampliar el espectro con más títulos.


P: ¿Te consideras ahorradora? ¿En qué sueles gastar tu dinero?
R: Creo que utilizo el dinero con cabeza, pero mentiría si negara que estoy acostumbrada a ciertos lujos a los que me ha costado desacostumbrarme desde que me volví independiente, y es que esta ciudad es muy cara. Tiendo a invertir mi dinero en ropa, ya que considero que ir bien vestida es un requisito imprescindible para mi profesión. Aparte de eso, me gusta coleccionar perfumes, así que no me importa gastarme el dinero en ellos.


P: ¿Cuáles son tus aficiones?
R: Oh, nada del otro mundo: el cine, la música… Me encantan los dramas de época y el cine negro, y mi género musical preferido es el jazz. Me entusiasma el mundo del vino, y suelo acudir a catas, ya sea sola o acompañada. Además, me relajo yendo al gimnasio. Me gusta mantenerme en forma.

P: ¿Qué hay de tus relaciones personales? ¿Tienes algún mejor amigo o mejor amiga? ¿Tienes o has tenido novio?
R: Intento llevarme bien con todo el mundo, sobre todo con los vecinos de Dolls Crazy House. Sin embargo, creo que podría afirmar sin miedo a equivocarme que Bobbi es mi mejor amiga. Además me llevo muy bien con Shannon y Cora, además de Alyssa, con la que también comparto una relación profesional. En cuanto a lo del novio, no hay nada de momento. Tuve uno durante mis años de Universidad, y puede que aún siguiéramos juntos si no me hubiese marchado de Nueva York. La perspectiva de poner el océano entre nosotros fue demasiado para él, que no podía ni plantearse ninguna opción que no fuese vivir juntos en EE. UU. No voy a mentir, cortar con él fue muy doloroso, pero a la vista de mi éxito profesional aquí, hace mucho que dejé de arrepentirme.


P: ¿Cuál consideras tu mejor virtud?
R: Soy muy constante y disciplinada conmigo misma. Creo que es algo que heredé de mi padre, que siempre ha considerado un requisito imprescindible de su posición como director del grupo empresarial dar un buen ejemplo a sus empleados con su propia actitud. Yo misma actúo de la misma manera, y si me pongo objetivos, los cumplo de manera metódica. Sin embargo, también se me ha criticado por ser un tanto maniática en la forma y en el fondo de los asuntos profesionales, y por tener unas expectativas demasiado altas, incluso con los recién llegados.


P: ¿Cuál sería el regalo perfecto para ti?
R: Eso es difícil. Suelo permitirme mis propios caprichos, pero como todo el mundo conoce mis aficiones, como por ejemplo mi colección de perfumes, suelo recibir dos o tres en mi cumpleaños… ¡Pero siempre son de los que ya tengo! Me gustan los regalos que no ocupan espacio: una cena, una entrada para un concierto, una visita a un spa… De hecho, creo que el regalo perfecto serían unas mini vacaciones en una ciudad en la que haya un festival de jazz: buena música, un ambiente distinto y amigos, ¿qué más se podría pedir?


P: ¿Qué revista escoges leer en la consulta del dentista?
R: Mi dentista sólo tiene tres tipos de revistas: prensa amarilla, revistas sobre fenómenos paranormales y revistas para especialistas en fotografía. Normalmente hojeo las dos últimas.

P: Si pudieras conocer a un personaje histórico, ¿a cuál escogerías?
R: A Nina Simone, una de mis cantantes preferidas. Es más, puestos a imaginar, me encantaría viajar en el tiempo para poder asistir a uno de sus conciertos en los años sesenta.


P: Para terminar, queremos la verdad y sólo la verdad: ¿qué paso exactamente aquella mañana en que te levantaste y encontraste en el salón de tu casa una pizza a medio comer, las seis latas de cerveza de un mismo pack vacías por el suelo y una camada de gatitos haciendo de las suyas?
R: ¡Oh, ése es uno de esos días que me gustaría olvidar! Mis sobrinos mellizos, Rocco y Valerius, vinieron de viaje cultural a Londres con el instituto y pidieron un permiso especial para pasar una noche en mi casa. Debería haber sabido que sería una mala idea, porque si ya de pequeños eran un par de trastos, ahora que tienen catorce años son sencillamente terribles. El caso es que una vez hubieron obtenido el permiso, me pidieron que les dejara salir con sus amigos, y lo cierto es que como planeaba trabajar hasta tarde aquel día en casa les dejé. Yo me metí en mi despacho, puse mi música y me puse a trabajar hasta la madrugada. Cuando decidí irme a dormir, utilicé la puerta que comunica el despacho con mi cuarto, sin molestarme en pasar por el salón. De haberlo hecho habría pillado a mis sobrinos con otros tres chicos de su edad dando buena cuenta de unas pizzas y unas cervezas, como has comentado… aunque creo que buena parte de las pizzas se las comieron los cinco gatitos que encontraron en una caja en no sé qué parque y se trajeron a mi casa. Al día siguiente no sólo tuve que limpiarlo yo todo, sino que además tuve que poner un anuncio para conseguir encontrarles casa a los gatos, ya que yo soy alérgica. Bobbi tuvo que ayudarme, y aún tardamos casi un mes en encontrarles un hogar. Desde entonces, ya he avisado a mi primo (el padre de las criaturas): ¡no vuelvo a dejarles quedarse en casa!

2 comentarios:

  1. Hola. me gustó leer la entrevista a Bethany. Es una de mis favoritas y también la tengo. Los looks que le pusiste me encantaron. Está guapísima.... seguimos en contacto

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    1. ¡Gracias por comentar! Me alegra que te hayan gustado sus looks. Estaba deseando probar con un nuevo estilo de entrada, y sobre todo, desarrollar más la personalidad de las chicas.

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