Retomamos al fin esta sección de la mano de
Bobbi, una de nuestras rubias con más personalidad. Ha sido la eterna candidata
de la sección, y tras mucho insistirme ha conseguido que le haga un huequecito
en el programa de Dolls Crazy House para que la conozcáis mejor.
Pregunta:
Háblanos un poco de tu familia y tu infancia.
Respuesta: Mi vida familiar siempre ha sido
bastante loca. Mi padre es mejicano y mi madre es sueca; se conocieron cuando
mi padre tuvo su primer destino en Estocolmo. Soy hija única y como el empleo
de mi padre como diplomático les hacía viajar mucho pasé gran parte de mi época
de estudiante en un internado no muy lejos de Ginebra, donde aprendí francés e
inglés. Los veranos los pasaba en Monterrey, con mis abuelos, y con ellos
aprendí español. Tengo con ellos una relación mucho más cercana, ya que mis padres
vivían siempre en lugares diferentes y estaban muy absorbidos por el trabajo.
P: Cuéntanos
algo más acerca de tu trabajo.
R: Mi trabajo no guarda relación alguna con
lo que estudié, Traducción e Interpretación. De vez en cuando realizo
traducciones para empresas, pero lo que me da de comer es mi puesto como
secretaria de Dee McLachlan. Como todo el mundo sabe, Dee es la creadora de
Cou-Cou Angel, una mascota muy conocida, y maneja una empresa exitosa
relacionada con el personaje. Yo hago las cosas típicas de las secretarias:
escribo e-mails, concierto citas, hago llamadas… No es lo que me veía haciendo
cuando entré en la Universidad, pero me divierte.
P: Según
tenemos entendido, Dee y tú sois muy buenas amigas.
R: ¡Desde luego! No sólo trabajamos juntas,
también vivimos juntas. A veces resulta un pelín agobiante, pero si algo puede
decirse de Dee es que sabe separar por completo el ámbito profesional del
personal. En casa no soy su secretaria, sino su compañera de piso, y sabe
respetar perfectamente mi espacio. ¡Lo cual no quiere decir que pase con ella
todo mi tiempo! Sigo viajando a Monterrey al menos una vez al año para desconectar,
y hago viajes por Europa, yo sola, cada cierto tiempo.
P: ¿Qué
te obsesionaba cuando eras niña?
R: Como pasé gran parte de mi infancia en
un internado, la idea de encontrar mis raíces me resultó fundamental durante
años. Por eso aprendí español y me empapé de cultura mejicana en un intento por
convertirme en una más. Aparte de eso, tenía intereses comunes, supongo:
chicos, música, maquillaje que no me dejaban llevar en el internado…
P: Suponemos
que tu trabajo como secretaria de una empresaria conocida te provoca mucho
estrés. ¿Cómo lo mantienes a raya?
R: Suelo canalizar mi energía haciendo
ejercicio. Estuve en el equipo de lacrosse de la Universidad, así que estoy
acostumbrada a la disciplina que requiere el deporte. Sin embargo, en la
actualidad prefiero el gimnasio. Otra afición que me ayuda a desconectar es
apuntarme a cursillos variados. Me ayudan a centrarme en actividades fuera del
ámbito laboral y a despejarme haciendo actividades manuales. Los más recientes
a los que he acudido fueron de talla en madera y repostería.
P: ¿Tienes
una personalidad relajada o tiendes a controlarlo todo?
R: Creo que en algún momento fui relajada,
pero a lo largo de mi vida me han ido poniendo las pilas y ahora me fijo más en
los detalles más por inercia que porque realmente me importe. Por naturaleza
soy la clase de persona a la que no le importa que haya arrugas en el mantel,
pero las alisará de todas formas. Trabajar con Dee me ha hecho reforzar estos
hábitos, porque ella es muy perfeccionista y exigente.
P: ¿Sabes
cocinar? ¿Cuál es tu especialidad?
R: No me enorgullece lo más mínimo admitir
que se me da bastante mal, pero si soy sincera, lo cierto es que tampoco lo he
intentado demasiado. Me gusta la buena comida, pero encuentro que cocinar es
una pérdida de tiempo. Acabo siempre recalado en comida preparada o ensaladas
cuando quiero tirar por lo sano. Eso sí, preparo unos muffins de calabaza de
morirse.
P: ¿Cuál
fue la última película o serie que te hizo llorar?
R: ¡El desenlace de Stranger Things! No soy la típica chica que llora con animalitos
perdidos o niños con cáncer, pero esta serie me cautivó por lo bien que
construyó la tensión, aunque sospechaba cómo iba a terminar al menos desde el
episodio seis… ¡Pero me llegó igual! Pasé un par de días llorosa después de ver
el final.
P: ¿Cuál
es tu estación favorita del año?
R: Verano, sin duda. Para mí lo tiene todo:
calor, playa, shorts, helados, bikinis monos, las mejores vacaciones… Los
mejores recuerdos de mi adolescencia pertenecen al verano y es la estación que
espero con impaciencia todos los años.
P: ¿Qué
es lo primero que harías si ganases la lotería?
R: Fácil: alquilar un súperyate con
tripulación masculina cañón incluida y navegar por el Océano Atlántico parando
sólo a repostar y comprar champán. Bueno, y unos canapés o algo así. Pero básicamente
ése es el plan.
P: Por
último, nos gustaría saber a quién querrías conocer, vivo o muerto.
R: El primer nombre que me viene a la
cabeza es Ryan Reynolds, pero probablemente debería tratar de pensar en alguien
más relevante, como el Dalai Lama o alguien así. Sin embargo, Ryan Reynolds
sigue pareciéndome más interesante.